José Bittar es 1º Dan de Aikido, denominado
como “el pionero en traer Aikido a San Rafael”, continua luchando por seguir
difundiendo esta disciplina y llevarla a todos los puntos del sur mendocino.
¿Cuándo comenzaste con Aikido?
En el año 1998 estaba viviendo en la ciudad
de Santa Fe donde trabajaba y estudiaba. Allá comencé en una escuela que recién
empezaba con Aikido, hasta que por problemas de salud volví a San Rafael, donde
comencé a buscar escuelas de Aikido, pero tuve que viajar a Mendoza ya que acá
no había. Allá llegue a la escuela de
Sensei Damián Rabani, al poco tiempo seguí con Juan Tolone y Sergio Perulan de
Mendoza, en la Fundación Aikido de Mendoza, donde continuo actualmente.
¿Qué meta tenias desde un comienzo?
Mi objetivo era que hubiera Aikido en San
Rafael, esto ya lo he logrado porque hay tres escuelas de Aikido, las cuales
las inicié yo mismo, más allá que alumnos y antiguos compañeros de escuela
siguieron su propio camino, pero mi objetivo ya lo cumplí.
El Aikido significó quizás en dos etapas,
uno cuando comencé las artes marciales, al practicar con Jorge Rueda y luego en
Santa Fe, pero recién cuando me enfermé entendí como tenía que practicarse el
Aikido: la parte física tiene que estar, pero también tiene que estar la parte
espiritual, la parte de la energía del
cuerpo, porque sin ello no sirve y sin ello, la parte física tampoco
sirve. Es decir, llega un momento que
uno tiene limitaciones técnicas, pero cuando uno comienza aplicar lo que se denomina
el “Zen”, el “pensar en nada”, es como que se abre la
cabeza y comienza a incorporar en su
cuerpo las técnicas que le parecen difícil. Sin duda que no ocurre de la
mañana a la tarde, a mi me ayudo muchísimo cuando me enfermé para soportar los
efectos de la quimio. De allí dije que si me salvaba iba a traer Aikido a San
Rafael.
¿Cuáles son los mayores beneficios del
Aikido?
Respecto a la salud te da más flexibilidad,
alongamiento y fortaleza en los huesos. En lo psicológico aunque parezca raro, enseña que cuando uno cae se vuelve a levantar
y esa actitud de caer y levantar es una actitud que el practicante lleva a su
vida.
Si bien el Aikido se basa en escuelas de
esgrima Samurái, la diferencia que tiene con lo Samurái es que el Samurái tenía
un código de valores donde primero estaba el honor, no importa ni siquiera su
vida. En el aikido es distinto, se invierten esos valores, para el Aikido
primero está la vida, por eso sirve como defensa personal, en cuanto tengas que
defender tu vida o la de un ser querido pero no la propiedad. Solo se aplica para cosas serias porque corre
riego la vida de la persona.
¿Con qué idea llegan los jóvenes a
practicar Aikido?
Por lo general llegan por miedo a ser
golpeados por sus compañeros de colegio, porque se sienten inseguros, porque
vieron una película y quieren hacer lo mismo, o porque quieren ser campeones de
algo y no saben que en Aikido no hay competencia. Por eso es muy difícil que un
joven continúe practicando, por lo general busca otro arte marcial más
deportivo.
¿Cuáles son tus próximos objetivos?
Seguir agrandando la escuela, adquirir más
tatamis, hacer más seminarios internacionales y en unos años es tratar de traer
a algún maestro de Japón.
Nota emitida (02-2014)
Nota emitida (02-2014)
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