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La Pluma y La Espada: "ENTRENAMIENTO CON ARMAS (1º Parte)"




Es sabido que algunas AAMM tradicionales (y no tanto) continúan hoy día con el entrenamiento y la enseñanza del manejo de armas antiguas, tal es el caso por  nombrar unas pocas, del Kung Fu, del Kobudo y el Sipalki entre tantas.



Para algunos esto es un como contrapeso,  y se cuestiona le utilidad de entrenar armas impensadas hoy día o casi inusables. Dedicar tiempo a ello, tiempo quizás quitado al repertorio de técnicas más concretas y de posible aplicación en la vida real, es el fundamento de esta mirada crítica.


Pero miremos ahora desde el otro lado tratando de ver que aporta este entrenamiento.


El entrenamiento con armas permite en principio familiarizarse con elementos ajenos al esquema corporal, lo que de movida ya implica una destreza adicional. El dominio de las distancias propias y del otro, el desarrollo de los tipos de movimientos específicos, cortantes, golpeantes, punzantes, llevan a un entrenamiento específico que requiere tiempo adicional, pulimiento de movimientos básicos sin armas para luego complicarlos con elementos complejos, trabajo de equilibrio y fuerza por supuesto (las armas tienen peso a más livianas que sean) y   luego de entrenarlas por un rato empieza a sentirse y  lleva además un trabajo a conciencia del significado y del espíritu del arma en desarrollo.


Elementos variados que hacen  a la formación integral del practicante, sin entenderlo como  un simple individuo con la capacidad de intercambiar puñetazos y patadas.


Desde un punto de vista práctico, repito lo ante dicho, distancias especiales y muy variadas (cortas, medianas, largas), tipos de movilidades distintas (armas flexibles y rígidas) trabajo de equilibrio y fuerza y la posibilidad de usar un elemento que en la defensa personal, puede potenciar mis ventajas. Claro está, nadie sale o saldría a la calle con un bastón largo, con un sable o una espada, pero la posibilidad de encontrar quizás un palo, de llevar un cinturón, no son tan esquivas a una realidad y saber usar estos elementos no es algo trivial y su habilidad se puede adquirir o mejorar al entrenar con armas y esto en un momento crítico, puede aportar una diferencia importante.


Por otro lado hay dos facetas quizás menos prácticas pero no de poco peso (dependiendo claro las búsquedas de cada uno) como son la continuidad de una tradición y un costado estético importante. Las armas forman parte de una historia o tradición en estas prácticas centenarias y hasta milenarias y preservar estos conocimientos tiene un significado especial.


Si lo que a uno motivase el  estudio y entrenamiento de estas disciplinas fuese simplemente lo puramente aplicable en defensa propia, quizás sería más directo y menos esforzado hacer un curso de tiro y obtener la licencia de portación de armas. Nada más concreto, especifico, efectivo y lineal. Pero en general los que nos acercamos a estas disciplinas buscamos algo más, algo más allá.


De la mano de la filosofía, de la mano de un conocimiento de una cultura distinta, de la mano de rescatar algunos valores, no olvidados pero sí quizás dejados un poco de lado, está el deseo de preservar ciertas tradiciones, ciertas culturas o saberes y en esto las armas son un acervo de conocimientos, un tesoro digno de cuidar, con dedicación y esmero.


Finalmente, pocas veces o en pocas escuelas se llega a trabajar en combate con armas. Normalmente se trabaja solo formas o acaso en defensa personal (ejercicios) pero en ocasiones se puede llegar a la práctica combativa; en este caso en general uno trabaja con armas poco peligrosas y con alto grado de protección, pero aquellos que hemos tenido la fortuna de entrenar y hacer combate con armas, sabemos que ofrece un entrenamiento combativo muy especial, muy distinto, donde uno se enfrenta a otros miedos, a otros dolores a otras situaciones completamente diferentes de las que se topa uno cuando hace combate a manos vacías.
 

Tradición, elementos de defensa personal adicionales, una posibilidad de entrenarse con distancias distintas, son algunos de los motivos que me llevan a sostener la validez del entrenamiento con armas  y su utilidad. Creo  que sin abusar, son y suman un elemento que tiene mucho para aportar y poco para restar (salvo el tiempo que se puede compensar simplemente con más entrenamiento!!) en el desarrollo de un artista marcial completo.

Por Sifu Oscar Jamardo

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